How does it connect? Cómo conectar una botella de vino a Internet
Tras el primer post Como transformar mi modelo de negocio con Internet of Things donde os daba algunas pinceladas de cómo plantear, desde cero, un proyecto de IoT en tu empresa y cómo debe ser concebido desde el principio para que cumpla con una serie de objetivos técnicos, operativos y comerciales. En este segundo artículo, quiero daros a conocer algunos ejemplos reales para que podáis «aterrizar» vuestras ideas en un proyecto de IoT.
En el primer post hablaba de los tres tipos de proyecto más comunes que te puedes encontrar dentro del mundo IoT. Como primer ejemplo, y con el objetivo de romper algunas barreras de lo que es un proyecto de IoT común, voy a explicar un proyecto donde se conectan “cosas” físicas a Internet que no pueden tener un sistema de generación y recogida de datos embebido, ni tampoco un sistema de comunicaciones que permita subir a Internet los datos sobre ese objeto.
En este sentido, a continuación os presento un caso de uso específico, que no el único, de cómo poder conectar un producto de nuestra empresa a Internet y como, con ello, se puede generar un cambio del modelo de negocio o como impactar de otra forma en nuestros usuarios.
El caso de la botella de vino conectada a Internet
Nos encontramos en un cliente embotellador de vino que produce más de 12 millones de botellas al año. A día de hoy su sistema de producción está altamente mejorado con muy pocas mermas en su producción y con un tiempo de ciclo muy alto.
Dentro de este sistema de producción, el cliente identifica sus diferentes sistemas y robots que permiten rellenar, etiquetar, taponar, meter en cajas y paletizar sus botellas de vino. Primera reflexión, los activos de la empresa donde ganar o perder dinero quedan muy bien identificados: el vidrio de la botella, los componentes de la botella a nivel de marca (etiqueta, tapón, etc.), la botella de vino como producto final y por otro lado, los sistemas y robots de producción.
Asimismo, una bodega o productora de vino tiene inherente en su modelo de negocio una serie de aspectos:
- El primero de ellos es la herencia, es decir, son negocios creados generaciones atrás, tradicionales y familiares por lo que modernizar la imagen de marca o el estilo de la botella no es algo sencillo.
- Segundo, como toda industria que se precie, los márgenes operativos suelen ser bajos si hablamos de producción a volumen como es este caso, por lo que su estrategia diferenciadora dentro del mercado es el precio y el volumen.
- Tercero, el mercado tradicional del vino está cambiando porque las costumbres de los clientes están cambiando. El usuario actual está más interesado y especializado en el mundo del vino, reclama otro tipo de producciones y busca un tipo de vino que se adapte a sus gustos.
Por lo tanto, el reto es mayúsculo: cómo conseguir que un producto estático y que no se puede modificar, generado a volumen y que se vende en mercados internacionales pueda diferenciarse de alguna forma de los vinos de autor, por ejemplo.
Llegamos así a la segunda reflexión: la botella de vino es mi activo diferenciador y tengo que ganar competitividad en el mercado con esa diferenciación respetando el estilo original de la marca y la propia botella en su línea de producción.
Asimismo, también tengo que ser capaz de conocer qué botellas numeradas van a cada distribuidor o mercado y cómo se posiciona mi botella en cada uno de ellos para saber, finalmente, cómo es el consumidor de mi vino.
Cómo IoT puede transformar el negocio del vino
Y en este punto es dónde entra IoT como el medio para llevar a cabo esa transformación de negocio.
- El primer paso es interconectar el negocio: ¿pero cómo? Introducimos dentro de la línea de producción nuevos sistemas o dispositivos que permitan, de forma rápida y sencilla, identificar el número único de cada botella dentro de la etiqueta (cámaras OCR, cámaras de visión artificial, tapones de RFID extraíbles, etc.). Con ello, podremos, a nivel de sistemas, crear un algoritmo que registre las botellas que entran en el robot que introduce, de una sola vez, las 6 botellas en la caja e inmediatamente después, registrar el número de cada botella sobre una etiqueta en la caja (por ejemplo, con impresoras inkjet).
- Una vez tenemos el binomio caja-número de botella podemos integrar los siguientes sistemas de producción: etiquetadora de la caja, del palé, pedido, albarán, etc. y con esto, conseguimos algo realmente importante a día de hoy para todo negocio que quiera diferenciarse: poder trazar el producto una vez sale de tu fábrica y con ello conocer sus consumidores.
- Ya tenemos la caja de 6 botellas de vino preparada para viajar, por ejemplo, a China. Y cada botella tiene su número registrado en nuestro sistema. Ahora, ¿cómo conectamos la botella, la «cosa», a Internet? Muy sencillo, creando una app que lea el número de la botella. Simplemente con ese paso se abre un mundo de opciones para nuestro producto y nuestro cliente, ya que vamos a ser capaces de conectar con nuestro consumidor.
Esta forma tan sencilla nos permitirá saber quién y donde compra nuestro producto, conocer sus flujos migratorios, segmentar nuestro tipo de cliente, etc. y gracias a ello, podremos abrir nuevos mercados, hacer más efectivas nuestras campañas de marketing, ampliar más información de nuestra bodega, sus tierras, uvas, etc.
Es decir, hemos conectado cada botella de vino a Internet de manera directa, sin redes sociales de por medio, sin tocar la botella y conectando directamente con nuestro usuario.
Este ejemplo, como tantos otros, demuestra que para hacer un proyecto de IoT y generar miles de datos para su análisis que nos ayuden a mejorar nuestro negocio no es necesario sensorizar. Lograrlo es tan sencillo como saber el número de cada producto e integrarlo en una app móvil. En los próximos posts seguiremos viendo casos de uso de como conectar cosas a Internet y transformar nuestro negocio.
Si queréis ampliar información sobre este tema, podéis descargaros la grabación del webinar Cómo transformar mi negocio con IoT.
Artículo redactado: Guillermo Renancio
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