A día de hoy es complicado saber y entender lo que pasa por la cabeza de los fabricantes de hardware y software después de, desde mi punto de vista, la gran primera crisis del cloud. La pesadilla vivida con las vulnerabilidades de los procesadores Intel, AMD y ARM, ha supuesto que el gigante Microsoft decidiera actualizar todas sus máquinas virtuales sin dar opción a los usuarios de elegir cuándo.
Saber que desde una máquina virtual, alojada en un host físico, se podía acceder a la información de otra, albergada en el mismo host, rompía de manera cruenta todas las historias que nos han contado sobre la seguridad de la nube y su pilar fundamental: la virtualización (y que el CEO de Intel vendiera casi todas sus acciones justo antes que se diera a conocer el fallo de seguridad, no invitaba al optimismo precisamente).
Esta reflexión me sirve para introducir el tema del post, las ventajas del mundo híbrido, donde quiero haceros ver que no es mala idea «no tener todos los huevos en la misma cesta».
Mundo híbrido vs. mundo cloud: aprovisionamiento
El mundo cloud, queramos o no, es el futuro y tal vez en los próximos años nuestro CPD consista en un simple router y un firewall que nos enlacen a nuestros proveedores de nube pública. Sin embargo, en lo que queda de década todavía vamos a necesitar algún que otro servidor o cabina.
Ahora es necesario valorar la integración de los entornos cloud e híbrido, para ello, los fabricantes se ponen las pilas: IBM Cloud Orchestrator, solución de supervisión, e IBM Spectrum Control, de análisis de rendimiento, el cual podemos instalar on-premise o bien adquirirlo en su versión cloud, pagando mensualmente por lo que usamos.
Como decía antes, no todo es cloud, la realidad es híbrida y la eficiencia y productividad mandan. Es irracional ver cómo las empresas avanzan en sus infraestructuras, pero no en la agilidad a la hora de tomar decisiones y lanzar los proyectos cuando los medios están allí.
Imaginemos, a través de las siguientes imágenes, un proceso de aprovisionamiento tradicional de una máquina virtual:
Como podemos ver, parece que la cosa ha ido un poco lenta: busquemos soluciones.
Antes los departamentos IT tardaban hasta semanas en aprovisionar un nuevo host y ahora somos capaces, gracias a una política basada en plantillas, de desplegar una máquina virtual y a través de unas simples preguntas, decidir si queremos desplegarla en cloud u on-premise y ¡sorpresa! podemos hacerlo en minutos.
Olvidémonos de tediosas decisiones y demos un impulso a la productividad, aprovisionando todo lo necesario: redes, host, almacenamiento, etc. de una manera práctica y que nos ahorre un valioso tiempo.
Soluciones
IBM Cloud Orchestrator supone una ayuda en el auto-aprovisionamiento. IBM dice «transforma tu departamento IT en una organización autoservicio», hagámosle caso, que algo saben de esto.
En el caso del software de orquestación, IBM es conocedor de los actores principales en el mundo de la nube, así que no se centra solo en su IBM Cloud (antes Soft Layer), cuyo nuevo nombre no será demasiado original, pero desde luego es más claro.
Como decía antes, IBM sabe qué ha de ser compatible y lo hace con arquitectura Open Stack, de la que es fundadora, así que los objetivos más interesantes como son Amazon y Microsoft Azure ya están en el saco.
IBM Cloud Orchestrator en un entorno híbrido tiene sus limitaciones, cierto, pero está claro que no todo el monte es orégano, está avanzando y dando pasitos.
Al fin y al cabo todo avanza y no creo que sea necesario recordaros que donde nuestros abuelos sólo veían una ruleta con números en su maravilloso teléfono modelo Góndola, nosotros ahora lo llevamos en el bolsillo y vemos la tele en él.
Aunque bien pensado, igual no hay tanta diferencia de tamaño entre un iPhone X y un Góndola tradicional.
Como decía Francis Bacon, «el conocimiento es poder», así que conozcamos a fondo nuestra infraestructura, seamos capaces de predecir las necesidades de crecimiento antes de que nos ahoguen los famosos «bottlenecks» y veamos dónde podemos implementar mejoras para rentabilizar la inversión.
En este punto IBM Spectrum Control ha de ser nuestro faro y guía. Ese punto donde todo bien ordenado y en unos pocos vistazos gracias a sus gráficas detalladas, podemos interpretar todo lo que está pasando en nuestro ecosistema IT.
No es sólo una herramienta de monitorización que nos avisa si algo falla, es una herramienta que nos da un control y una analítica detallada que nos permite ser más proactivos y no solo actuar cuando tenemos el problema, si no superar esa barrera y conseguir un sistema cohesionado y vivo que nos permita mejorar el rendimiento.
Estas son algunas de las soluciones que IBM nos propone para el mundo cloud híbrido, pero hay muchas más, como Scale, Protect y muchas otras, pero eso ya será para próximos posts.
Y como dice Stan «the Man» Lee: «Excelsior«.
Artículo redactado por Jacobo Gil
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