No todos los usuarios utilizan las redes sociales con los mismos objetivos. Algunos llevan a cabo estrategias poco convencionales, incluso quizá no previstas o aparentemente contradictorias con los patrones de uso común de dichas redes. LinkedIn no es ajena a esa corriente. Desde hace algunos años existe un grupo creciente de perfiles que se autodeniminan ‘LIONs’ (LinkedIn Open Networkers) cuyo comportamiento parece desafiar las normas básicas de funcionamiento de esta red. Sin embargo, su existencia tiene una razón de ser e incluso en ciertas circunstancias nos puede resultar muy útil.
¿Qué es un LION?
Un LinkedIn Open Networker es, básicamente, un usuario con una red de contactos de primer grado muy extensa (por lo general de varios miles de miembros) y que está dispuesto a aceptar a cualquiera que desee formar parte de ella. Su ideario es el de utilizar LinkedIn para promover todo tipo de actividades de networking.
Los LION no son un colectivo oficialmente reconocido por LinkedIn, ni se encuentran amparados por una estructura o regulados por unos estatutos. Su proliferación fue más o menos espontánea, y a lo largo del tiempo se les ha identificado mediante distintos nombres de grupos que adoptaban una conducta similar (Top-Linked, Power Networkers, Black-Belt Networkers, etc). Por todo esto, su ‘código de conducta’ se deduce de la observación del comportamiento que la mayor parte adopta al convertirse en LION, aunque no existe un memorándum donde consultarlo. Por lo general un LION aceptará cualquier solicitud de contacto, pero también configurará los detalles de su perfil de modo que facilite al máximo las actividades de networking a su alrededor. Eso implica, entre otras cosas, que tendrá su red de contactos visible, así como su información de contacto (incluido el e-mail). Asimismo, normalmente colaborará si le pedimos que nos presente a un miembro de su red o le recomiende aceptar nuestra solicitud de contacto.
Pero… ¿esto no va en contra de la filosofía de LinkedIn?
En efecto, en sentido estricto, la actitud de los LION puede parecer contraria a la que se considera una buena práctica en LinkedIn: ser selectivo con nuestra red y aceptar sólo a contactos de nuestro sector profesional y que aporten valor a ésta. (La ayuda de LinkedIn nos recomienda expresamente que conectemos sólo con personas a quienes conozcamos y en quienes confiemos) De hecho, el Social Selling Index de un LION tenderá a ser bajo, pues el establecimiento de relaciones con perfiles con una actividad profesional muy diferente a la suya o con un bajo número de contactos suele reducir el valor de este indicador. Quizá incluso la existencia de los LION sea una de las razones por las que LinkedIn tiene limitado el número máximo de contactos de un perfil en 30.000.
Entonces… ¿Por qué ser un LION?
Pasar a engrosar la lista de los LIONs puede ser una decisión razonable en determinadas circunstancias. Algunos lo hacen simplemente para enviar spam a sus contactos o como medio de acceder a sus correos electrónicos, pero estos no son verdaderos LIONs, puesto que su finalidad última no es la de hacer networking. Sin embargo, conectar de forma indiscriminada con todo tipo de perfiles puede tener sentido en función de cuál sea nuestra actividad. Hay un sinfín de contactos potenciales de utilidad ahí fuera, y en muchas ocasiones un negocio puede aparecer a través de una vía inesperada. Imaginemos que nos dedicamos a una actividad muy especializada, como la programación de chatbots. Si publicamos contenidos sobre chatbots en LinkedIn con una audiencia compuesta por usuarios de todo tipo de sectores profesionales, lo más normal es que obtengamos una tasa de interacción muy baja, pues la mayor parte de nuestros seguidores ni siquiera entenderán de lo que estamos hablando. Ese bajo engagement ‘matará’ nuestro contenido, pues LinkedIn lo identificará como de baja calidad y dejará de mostrarlo a nuevos usuarios, lo que nos condenará a cifras de alcance de nuestras publicaciones muy limitadas. Por el contrario, imaginemos que nuestra profesión es la de abogado, y publicamos información general sobre aspectos del derecho que puedan tener relación con circunstancias que puedan concurrir a lo largo de la vida de una mayoría de personas (quizá protección de nuestra privacidad en internet o ciberbullying, derecho de familia, herencias, reclamaciones a la administración, etc). Probablemente el retrato robot del lector interesado con ese tipo de contenidos no se identifique con un sector en concreto, por lo que resulte más fácil obtener la viralidad para ellos difundiéndolos ante un público heterogéneo que ante una audiencia de abogados con perfiles similares al nuestro. En este segundo caso, una estrategia como LION puede aportar un número de oportunidades de negocio mucho mayor que el comportamiento convencional recomendado por la propia red.
¿Cómo encuentro LIONs en LinkedIn?
Es muy sencillo. Basta con introducir el término LION en el buscador, pues otra de las convenciones no escritas que adopta este colectivo es integrar dicho término en un lugar preeminente de su perfil (normalmente junto a su nº de contactos), bien sea en su titular profesional, en su extracto, o incluso en su nombre.
¿Es recomendable contactar en LinkedIn con un LION?
Como a tantas otras preguntas, la respuesta es: “depende”. Depende de nuestras intenciones, de nuestras necesidades, del estatus de nuestro perfil y de nuestra actividad profesional. Entrar a formar parte de la red de un LION supondrá que todos sus contactos pasarán a ser contactos nuestros de segundo grado (es decir, usuarios a los que ya podremos enviar una solicitud de contacto dentro de la red). Una de las dificultades a las que se enfrenta un perfil de LinkedIn nuevo, es que la construcción de una red profesional es lenta. Normalmente empezaremos con nuestros compañeros de trabajo, o con otros perfiles que LinkedIn nos sugiera como contactos potenciales, pero si en ese momento tratamos de localizar perfiles específicos mediante el buscador, la mayor parte estarán más allá de nuestro segundo grado de relación, lo que nos impedirá contactar con ellos. Ante esta situación, elegir uno o varios LIONs adecuados puede acelerar el proceso, pues en cuestión de horas tendremos acceso a miles o incluso a decenas de miles de perfiles, que además podremos examinar (pues normalmente los LIONs tendrán su red de contactos visible para nosotros) y a los que podremos solicitar que se unan a nuestra red (e incluso pedir la ayuda del LION para que nos recomiende si consideramos que alguno es críticamente interesante para nosotros). De cualquier modo, si optamos por contactar con un LION para estimular el crecimiento de nuestra red profesional, deberemos intentar asegurarnos de que sus contactos pueden sernos útiles. Por ejemplo, si elegimos un LION de la India cuya red esté formada en su mayor parte por habitantes de ese país y de los países vecinos, ésta difícilmente nos reportará ninguna utilidad (salvo que trabajemos para una empresa de headhunting que busque programadores en Asia)
¿Cómo me convierto en un LION?
En principio basta con seguir las indicaciones explicadas anteriormente: Muestra con claridad en tu perfil que eres un LION (como en alguno de los ejemplos de las imágenes de arriba) y configura tu privacidad de modo que tu lista de contactos sea visible. También puedes conectar con otros LIONs para pasar a situarte en segundo grado de relación respecto de los miembros de su red, y así facilitar que puedan contactar contigo.
El único problema si haces esto, es que quizá seas un LION poco atractivo para los usuarios que busquen este tipo de perfiles, salvo que ya cuentes con varios miles de contactos, así que quizá todo vaya un poco despacio al principio. Si quieres acelerar el establecimiento de conexiones con tu perfil puedes utilizar recursos como la web Top Social Networker. Se trata de una plataforma que pone a tu disposición una lista que puedes descargar gratuitamente con los e-mails de sus miembros (LIONs) en formato CSV (350 direcciones el día que redacté este artículo). A continuación puedes importar dicho archivo desde LinkedIn como si fuera tu agenda de contactos, lo que te permitirá conectar rápidamente con todos ellos sin tener que utilizar el buscador de LinkedIn e identificarlos uno por uno, y sin preocuparte por si están más allá del segundo grado de relación contigo. Eso ya te sitúa en una extensa red de LIONs en pocos minutos. Por último, si aceptas pagar una cuota de 10 US$ al mes (en el momento de redactar este artículo existe una oferta especial por tan sólo 3US$) tu e-mail se incorporará al fichero, por lo que todo aquel que repita estos mismos pasos conectará contigo, incluso si ha optado sólo por contactar con LIONs pero no por convertirse en uno de ellos (es decir, no pagar la cuota por ahora).
¿Cómo afectan los LIONs a mi estrategia de Social Selling?
De nuevo, la respuesta es: “depende”. Pero podemos saberlo si nos hacemos unas sencillas preguntas:
-Si sólo nos dedicamos a contactar con LIONs, pero no nos convertimos en uno, nuestra estrategia de Social Selling se verá beneficiada si cada nuevo LION es un cliente potencial del producto o servicio que nosotros ofrecemos, o entre sus contactos de primer grado hay una buena proporción de esos clientes potenciales. En este último caso, conectar con el LION nos aproximará a sus contactos –nuestro target– (dejándolos en segundo grado de separación respecto a nosotros), lo que hará más probable que lleguen a conocernos o vean lo que compartimos (bastará con que logremos alguna interacción con nuestros contenidos por parte del LION o de cualquier otro contacto que se sitúe entre ellos y nosotros en nuestra red)
-Si damos el paso de convertirnos en LIONs, nuestro Social Selling se beneficiará más cuanto más heterogéneo sea el mix de potenciales compradores susceptibles de interesarse por nuestro producto o servicio. Y, aún en el caso de que dicho producto o servicio pueda interesar a una amplia variedad de perfiles, siempre estaremos expuestos al balance entre dos fuerzas de signo contrario: la mayor visibilidad de nuestros contenidos (fruto de nuestro creciente número de contactos) frente al riesgo de que una tasa de engagement cada vez más bajo (si no logramos mantener el interés por nuestras publicaciones entre nuestra cada vez mayor y más dispersa audiencia) acabe por hacerlo virtualmente invisible para la gran mayoría de miembros de nuestra red. La respuesta a este dilema la obtendremos sólo mediante el procedimiento de ensayo y error, pues depende del algoritmo de LinkedIn.
Epílogo
El camino de un LION no es sencillo. Como muchos caminos hacia el éxito en las redes sociales, requiere de acierto, perseverancia, y, ¿por qué no? … una pizca de suerte. En mi opinión, avanzar por la estela de un LION puede ser una estrategia con buenas posibilidades de salir bien para un perfil de nueva creación que quiera desarrollar una red nutrida en poco tiempo, y sólo si se elige al LION adecuado como facilitador de ese desarrollo. También puede reportar buenos resultados relacionarnos con LIONs o convertirnos en uno de ellos si somos profesionales orientados a un público o mercado global, si nos dedicamos a actividades de reclutamiento o headhunting, o si nos dedicamos al mundo del arte o aspiramos a convertirnos en influencers. Y creo que también lo recomendaría a profesionales en situación de desempleo, al menos si creen que pueden compartir contenidos lo suficientemente atractivos para una gran mayoría que aseguren un engagement razonable.
No me gustaría acabar este artículo sin hacer una reflexión acerca de la incertidumbre a la que siempre nos enfrentamos a la hora de juzgar la aparente utilidad (o no) de un nuevo contacto. En ocasiones el perfil que en una primera impresión nos pareció de escasa o nula importancia puede acabar facilitándonos, directa o indirectamente, una rica oportunidad de negocio. Muchas redes en LinkedIn acaban por ser un tanto ‘endogámicas’, donde profesionales de un sector publican contenidos sólo para los ojos de sus compañeros de profesión y clientes, con los que éstos interactúan lo justo para parecer cortésmente interesados de acuerdo a un pacto tácito en virtud del cual dicho interés se verá recompensado con un trato recíproco. Y así un día tras otro, todos invierten tiempo y esfuerzo en darse a conocer como expertos en una determinada materia gracias a un reconocimiento que se presta sólo bajo el secreto compromiso de estar dispuesto a devolverlo. Frente a este a menudo estéril mercado de la equidistancia profesional, convertirnos en un LION nos enfrenta a una nueva realidad. Nos hace percibir la verdadera medida del interés por nuestras publicaciones de un colectivo anónimo y heterogéneo de usuarios que no sienten ninguna necesidad de causarnos una buena impresión. Una audiencia cruelmente sincera que tenderá a tratarnos con indiferencia, pero cuya aprobación estará libre de toda sospecha y certificará la auténtica calidad de nuestros contenidos.
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