Hace ya unos cuantos años que se viene hablando de la imparable y recurrente modernización tecnológica que vivimos y que va transformando de una manera cada vez más acelerada todos los sectores productivos. También hace años que se habla de la Industria 4.0, término acuñado a principios del presente siglo y que traía la interconectividad de sistemas y “cosas” apoyada en tecnologías como el IoT.
Como ya comentábamos en nuestro informe “Presente y futuro del Internet de las Cosas”, los usuarios finales, consumidores, proveedores, clientes, etc., que forman el complejo ecosistema actual, asumen ya de manera natural una forma de relación e interacción con las “cosas” cada vez más tecnificada. Ello además, viene refrendado por el hecho de que los sistemas informáticos, procesos productivos y, cada vez más, cualquier tipo de producto final, son capaces de comunicarse entre ellos de forma automática, casi nativa, y natural gracias, entre otros, al Internet de las Cosas.
Estas “cosas” pueden tomar prácticamente cualquier forma. Cualquier activo es susceptible de ser digitalizado. Y es que un producto que simplemente es físico o que hay que programar o hacerlo funcionar presencial y físicamente, es un producto que no está terminado y que va a terminar por quedar obsoleto. Es un aspecto que a medio plazo va a ser crítico en términos de supervivencia en el mercado para la mayoría de firmas que ofrecen un producto.
Fueron las grandes compañías las que abrieron el mercado a esta conectividad e inteligencia en sus productos y ya son muchas las pequeñas y medianas empresas que incorporan poco a poco tecnología del internet de las cosas. La pregunta no es si todas o la mayoría de las empresas terminarán digitalizando sus productos sino cuándo lo harán. Los penalizados aquí serán los últimos.
Pero, empecemos por el principio…
¿Qué significan las siglas de IoT y qué es un objeto conectado?
IoT son las siglas de la expresión inglesa Internet of Things, que en español traducimos como «internet de las cosas». El IoT no viene para sustituir sistemas, sino para actualizarlos.
Cuando decimos que algo es un «objeto conectado», venimos a referirnos a que está conectado a la red de internet y que podemos interactuar con él de forma remota, a veces de forma directa (como la conexión smartphone con 5G), a veces de forma indirecta a través de redes intermedias (como una pulsera de actividad o smartband).
Hoy en día, los datos son un argumento fundamental para el éxito de cualquier negocio. Como señaló Francis Bacon, la información es poder. Para poder obtener información acerca de un activo, es necesario que este tenga vida en el plano digital. Sólo una empresa que conoce cómo se comporta su producto, que conoce cómo lo utiliza el usuario final, es una empresa que tiene un margen de mejora.
En Integra apostamos por el IoT desde una perspectiva no intrusiva que aporte valor, sin restar o sustituir al sistema o activo ya existente. Un ejemplo claro de ello es la apuesta por el desarrollo del digital twin o gemelo digital de producto.
Digital Twin es un modelo virtual de un activo físico que imita el comportamiento y funcionamiento de su contraparte física. Normalmente, el modelo reside en la nube y, por lo tanto, se puede supervisar y controlar desde cualquier lugar de forma remota. Específicamente, los sensores en el activo físico se utilizan para capturar los datos operativos y ambientales de forma continua, y estos datos dinámicos se transmiten a la nube donde se mejoran con datos estáticos almacenados en otros sistemas. A continuación, los datos combinados se utilizan como entrada para un modelo estadístico o de ingeniería en la nube y se analizan en tiempo real para generar información que se devuelve al activo físico para controlar su funcionamiento en curso.
Fuente: creación propia
¿Cómo conseguimos digitalizar un producto?
El primer paso en todo proceso de digitalización de producto es comprender qué es, cómo funciona el activo principal de nuestro cliente y qué le proporciona a día de hoy, para identificar cómo podemos aportarle más valor al darle una vida digital.
- Captura de la información: En función de las características del producto a digitalizar, la información se capturará a través de sensores específicos o mediante sistemas de ingesta de datos que se conectarán a las fuentes aportadas por el propio cliente. Necesitamos, por tanto, entender el idioma que habla ese producto y, a través de telemetría mediante los diferentes protocolos de comunicaciones, identificar cómo podemos comunicarnos con ese producto.
- Agregación de datos al plano digital: Mediante sistemas de comunicación entre las diferentes fuentes de datos, se unifican todos los elementos en un único entorno escalable y flexible: CLOUD.
- Analítica y valor de negocio: Es necesario aplicar modelos inteligentes y automáticos de procesamiento de la información con capacidad de generar respuestas en tiempo real para obtener los datos relevantes para el negocio del cliente.
- Visualización de los datos y notificaciones: Las acciones identificadas por el sistema de gestión tienen que volver al mundo a través de alertas, ajuste de variables, etc. Además, es muy importante representar la información recogida en el plano físico a través del plano digital de forma atractiva y amigable para los diferentes tipos de usuario que la van a consumir.
¿Qué beneficios obtenemos al dar vida digital a nuestro producto?
- Supervisión y Control remoto: Ya sea a nivel de mantenimiento, seguridad, gestión o administración, necesito saber cómo se está comportando el activo. Ante cualquier evento producido en el mismo, por ejemplo, la apertura de una puerta o la puesta en marcha de un motor, necesito poder reaccionar e interactuar en remoto para bloquear la puerta, avisar a seguridad o apagar el motor.
- Mantenimiento predictivo: al poder contar con un histórico de datos sobre las distintas variables que afectan a mi activo, podré realizar acciones previas a que se produzca un determinado evento como una avería, una pérdida de producción, falta de stocks…
- Administración y gestión de los activos: nos permitirá hacer inventario en remoto de mis activos, localización de los mismos, etc.
- Incremento de la eficacia: no dejamos todo a la suerte de que un tercero controle el activo si no que podemos tener el control del mismo en mi propio dispositivo móvil de forma remota y en tiempo real.
- Mayor valor para el cliente: en definitiva, todo lo anterior nos conduce a poder aportar a nuestros clientes un mayor valor al contar con activos inteligentes radicalmente diferenciales en el mercado que le reportarán mayores beneficios.
Si quieres conocer algunos proyectos llevados a cabo para la digitalización de productos, no dudes en contactar con nosotros para analizar cómo podemos ayudarte a transformar tu producto y aportar así un mayor valor a tus clientes. ¡Hasta el próximo post!
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