Estamos acostumbrados a relacionar el patrimonio con los grandes monumentos que pueblan nuestras ciudades. Las catedrales, los mercados, los teatros o las grandes casas palaciegas eran lugares donde la población vivía, rezaba, se divertía o realizaba sus labores diarias. Sin embargo, como sociedad, también valoramos como patrimonio cultural otros edificios que no fueron concebidos con el fin de poder tener fácil acceso o utilizados como vivienda.
¿Qué es el patrimonio inaccesible?
Cuando nos planteamos el proceso de preservación de un castillo defensivo, de una línea de murallas o de un acueducto romano como patrimonio, comenzamos un proceso que conlleva permitir el acceso a estos bienes, enfrentándonos a retos y dilemas que en muchas ocasiones tienen una difícil solución.
Tomando como ejemplo el de una fortaleza defensiva, ¿Es mejor dejar las rampas originales de un castillo, que dificultan enormemente el acceso a los atacantes? ¿Las modificamos con pasamanos, escaleras, ascensores? ¿Cómo facilitamos el acceso a personas que no pueden subir, pero que tienen los mismos derechos que todos respecto al patrimonio?
Todo esto forma el patrimonio inaccesible, otra parte de nuestra cultura que proteger y para la que el uso de la tecnología puede ayudar a resolver alguna de las preguntas anteriores.
¿Qué es el patrimonio en riesgo?
En otras ocasiones, es necesario limitar ese acceso a todo el mundo. En los últimos años, han surgido nuevos elementos potencialmente dañinos para el patrimonio como la masificación del turismo.
Estos elementos han llegado a provocar grandes daños en el patrimonio, ya sea por acciones vandálicas puntuales, accidentes o, incluso, por los cambios ambientales que provoca la presencia constante de grandes grupos de personas en determinados espacios.
En muchos casos, a las necesidades de mantener accesible el patrimonio se unen aquellas que pretenden seguir explotando turísticamente estos recursos. Las soluciones que se han dado han sido variadas, destacando algunas reconocidas por expertos y visitantes como la Neocueva de Altamira, donde se reproducen partes de la cueva original con las pinturas prehistóricas probablemente más conocidas de la Península Ibérica, eso sí, mejorando las condiciones que tiene la visita a la cueva original y aumentando las comodidades para el turista. Un ejemplo de cómo preservar el patrimonio original sin renunciar a la propagación cultural de la obra.
La realidad Virtual para un Patrimonio Sostenible
La Realidad Virtual es un entorno totalmente digital que simula de una manera totalmente inmersiva escenas y objetos de apariencia real. En los últimos años se ha producido una rápida evolución de la tecnología de Realidad Virtual, junto con un abaratamiento de los dispositivos para reproducir dicha inmersión y los costes de producción de los propios entornos.
Por estos motivos, en este momento la Realidad Virtual está preparada para dar una respuesta efectiva a aquellas cuestiones y dilemas que plantean el patrimonio inaccesible y el patrimonio en riesgo. Esta tecnología, unida a la creación de gemelos digitales a través de fotogrametría y laser escáner LiDAR, nos permite recrear con total exactitud todo tipo de espacios, desde las cuevas con pinturas prehistóricas hasta las grandes fortalezas medievales. A través de la Realidad Virtual somos capaces de sumergir al espectador en una visita interactiva e inmersiva en la que podrá visitar aquellos monumentos inaccesibles con total fidelidad respecto a la experiencia física pero también con la libertad de movimientos que permite la simulación virtual.
Pero no hay que obviar que la aplicación de la Realidad Virtual al patrimonio cultural tiene la capacidad de ir mucho más allá de la simple reproducción de la experiencia de la visita presencial. A través del medio digital y la narrativa audiovisual podemos crear experiencias inmersivas e interactivas absolutamente únicas. Aprovechando las capacidades de la Realidad Virtual podemos ofrecer un contenido divulgativo basado en el conocimiento humanístico de la manera más atractiva posible, lo que sin duda es realmente beneficioso para la propia visita como para la puesta en valor del patrimonio.
El momento de las soluciones en Realidad Virtual
Por todo ello, cabe decir que este es el momento ideal para la aplicación de la Realidad Virtual en el Patrimonio Cultural en general, y de manera muy particular en cuanto a aquel patrimonio en riesgo para su conservación como también en aquel que resulta inaccesible.
Las respuestas que ofrece la Realidad Virtual a estos problemas unidas a las mejores técnicas para su conservación digital, como los gemelos digitales, provee a los gestores de patrimonio un gran campo de acción, desde la reproducción de las visitas presenciales a la creación de experiencias inmersivas rigurosas y atractivas.
Somos expertos en la aplicación de soluciones tecnológicas para la preservación del patrimonio cultural. Podemos ayudarte a documentar, preservar, conservar preventivamente y difundir el patrimonio cultural.
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