«No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios»
Charles Darwin
Desde hace unos 4-5 años estamos sometidos a una transformación -en muchos casos forzosa- que nos está obligando a replantearnos todos y cada uno de los procesos de gestión que hemos estado haciendo durante muchos años. Nos hemos visto en la necesidad de mejorar cada cosa que hacíamos, para ser más productivos y competitivos y con costes más bajos. En resumen, nos hemos tenido que transformar como empresas, para adaptarnos a los nuevos modelos de producción resultantes de la crisis.
La transformación de la que hablamos no ha sido esquiva para los departamentos de tecnología, sino que en muchos casos hemos visto cómo son ellos quienes la han liderado, aportando ideas, procedimientos y herramientas para mejorar los procesos de negocio. Como resultado de esta transformación, se han tenido que reinventar los procesos y buscar cómo mejorar dentro del universo de la tecnología -donde cada día salen nuevas herramientas-.
En esta transformación, el departamento de tecnología ha sido un gran protagonista, convirtiéndose en un generador de soluciones en lugar de ser un mero soporte al usuario. Una nueva manera de atender las necesidades de los usuarios orientada a proponer soluciones para que sean más productivos, generen más información con los datos y la pongan más a mano para tomar las decisiones adecuadas. En definitiva, han pasado de ser reactivos a proactivos.
Se han dado cuenta de que tenían herramientas para proponer soluciones, ayudar a transformar la empresa y adaptarla al nuevo modelo de producción que hemos vivido. Por ello han tenido que buscar fuera de sus departamentos ideas, soluciones y servicios que difícilmente ellos estaban preparados para realizar.
Tanto han cambiado las herramientas y son tan diversas que era muy difícil formarse en su administración, configuración y soporte, por lo que han buscado soluciones llave en mano para ayudar a la transformación de la empresa.
Los responsables de IT tenían el conocimiento de los procesos de la empresa, de lo que le iba bien y lo que no le hacía falta, y han sido los conocedores de las soluciones que había en el mercado para mejorar y situar a su empresa en una posición fuerte en su segmento de mercado.
Han tenido que evolucionar, han dejado de ser tan técnicos y de comprender las entrañas de las herramientas para entender mejor su adaptación a los usuarios y sus necesidades. También han dejado de invertir grandes presupuestos en infraestructuras para explorar soluciones de cloud bajo demanda y llevar a las empresas soluciones de contingencia basadas en la nube.
Han entendido que con las herramientas colaborativas de ofimática, el correo deja de ser solo un mailbox para entregar y enviar mensajes entre usuarios. Han dejado de administrar interminables reglas de correo y spam para ver cómo podían integrar el correo con la mensajería instantánea y los datos en la nube, así como con la intranet, para compartir información entre usuarios del departamento y de la empresa.
Han dejado de hacer presupuestos para desarrollar su grandes bases de datos y han buscado soluciones de BigData para darle más valor a la información del dato. Podríamos decir que éste ha sido el gran cambio que se ha producido en la tecnología: la importancia y la mejora en el uso del dato.
Toda esta evolución de los directores de IT es la que, en gran medida, ha permitido hacer este cambio a las empresas. Evolución como medio para seguir adelante.
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