Si nos fijamos en la palabra “disruptivo” vemos que es un término que viene del inglés y que significa un “cambio brusco”, es decir, algo que hasta ahora hacíamos de una manera y que en un corto plazo de tiempo hemos cambiado y hacemos de otra. La definición de este término nos viene muy bien para expresar lo que vimos en el Mobile World Congress de Barcelona.
La tecnología ahora nos propone un cambio, ya no se trata de mejorar lo que estamos haciendo para ser más eficaces, abaratar los costes, etc. eso era antes. En ediciones pasadas de MWC nos decían que había que mejorar la seguridad (en 2014 hubo un boom en cuanto a seguridad por el efecto Wikileaks), que el acceso a internet iba a ser más rápido, que un Smartphone era más rápido porque incorporaba la última tecnología etc. Pero en esta edición hemos visto que lo que nos proponen es un cambio, una manera diferente de hacer las cosas: máquinas conectadas a máquinas que se hablan y se entienden ¡usar los móviles para crear emociones! Una experiencia nueva y diferente con el consumidor.
Lógicamente son muchos fabricantes y muchos stands y cada uno se fija en lo que tiene más cerca. Nuestra visión fue más encaminada a ver cuál es la propuesta para la empresa de este MWC y os vamos a contar con la idea con que nos fuimos. Todos los años hay un par de tecnologías que predominan sobre el resto y yo este año diría que una es la realidad virtual y otra la IoT (Internet of Things o Internet de las cosas).
La realidad virtual porque es una tecnología que se democratiza, que llega a todo el público y, como a veces pasa, el público es muy rápido, y llegará a las empresas antes de que nos demos cuenta. No os quepa duda de que la manera de grabar los proyectos con las cámaras 360º y la reproducción del resultado final, que llega al consumidor de forma individual, rápida y fácil, va a ser uno de los mayores cambios que va a haber en nuestra sociedad a corto plazo y que en determinados sectores profesionales va a impactar, sobre todo en aquellos muy ligados a las emociones.
Al hilo de la realidad virtual no todo se queda en esas gafas que tapan toda la cara (horribles, por cierto, aunque es verdad que, en el momento que te las pones, te olvidas y solo piensas en lo que crees que ves). Para el ámbito profesional ya están saliendo modelos similares a las gafas Halo de Microsoft, que tienen una utilidad muy práctica en trabajos manuales: viene muy bien poder ayudarte de una pantalla pequeña en las gafas para tener más datos, más información etc.
La segunda gran aportación de este MWC fue el Internet de las Cosas, pero no de la “manera tradicional”, allí vimos una “IoT cognitiva”. Las máquinas son capaces de aprender o reconocer ciertos patrones y mejorar su comportamiento para adaptarse más a sus necesidades sin la intervención humana, y todo para mejorar la experiencia del consumidor allí donde se aplique. Vimos ejemplos de cómo pueden ayudar a los efectivos de emergencia en las ciudades para mejorar la gestión de accidentes, a optimizar el uso de materias primas etc.
La tecnología de la realidad virtual está llegando a los usuarios finales y ya podemos beneficiarnos de ella en nuestro día a día para mejorar la salud, nuestra forma física, en nuestros viajes y actividades de ocio etc.
Aparte de estas dos llamativas tecnologías, que no nuevas porque ya llevan tiempo desarrolladas, hay una nueva propuesta de uso, una forma distinta de llegar al cliente, de conocerle mejor y darle lo que necesita fácilmente. El vendedor de enciclopedias o el embaucador han pasado a la historia y la experiencia de compra no es intrusiva, el cliente llega a tu producto porque le interesa y está convencido, lo que ahora necesitamos es tener un feedback de cómo actúa y lo que quiere de tu producto o servicio.
Cada vez aparecen más “jugadores” en el mercado y más tecnología, el móvil cobra protagonismo como una de las formas más activas de expresarse, ya sea por la tecnología que hay detrás de cada solución o por las propias aplicaciones diseñadas específicamente, que mejoran la experiencia del cliente.
Como hace poco conocimos por un estudio de Gartner, el 52% de las empresas del Fortune 500 que existían en el año 2000 han desaparecido. La manera de hacer las cosas está cambiando y, si no cambiamos por nosotros mismos, nos cambiará la propia tecnología.
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