La versión 8 de la norma IFS Food es desde el 1 de enero de 2024 la versión vigente para las auditorias en las industrias alimentarias que tengan implantada este esquema. La nueva versión, trae novedades en relación a uno de los aspectos que más relevantes a considerar: Cómo implantar un modelo de cultura de seguridad alimentaria.
Lejos de las ambigüedades y libres interpretaciones que se podrían hacer de la cultura en la versión anterior de IFS Food, la versión 8 concreta y materializa los planes y objetivos de cultura de seguridad alimentaria en las organizaciones, matizando en su punto 1.1.1 sobre los objetivos de cultura:
“Los objetivos sobre la cultura de seguridad alimentaria incluirán, como mínimo, la comunicación sobre las políticas de seguridad alimentaria y responsabilidades, formación, la retroalimentación de los empleados sobre cuestiones relacionadas con la seguridad alimentaria y la medición del rendimiento.”
Cómo implementar objetivos de seguridad alimentaria en una organización
Integra Consultoría desarrolló hace unos años una metodología para implantar con éxito un Plan de Cultura de Calidad y Seguridad Alimentaria que cumpla con todos estos requisitos especificados en las normas de referencia del sector, siendo los pasos a seguir:
- Comunicación y formación sobre cultura de seguridad alimentaria
- Diagnóstico inicial de la cultura en seguridad alimentaria de la Organización basado en las opiniones de las personas
- Identificación de áreas de mejora en materia de seguridad alimentaria desde distintas perspectivas
- Colaboración en el desarrollo de planes de acción u objetivos que mejoren el desempeño de los procesos, actividades y controles operativos de la organización
- Reevaluación del nivel de la cultura de seguridad alimentaria encaminada hacia la mejora continua de la organización
Esta metodología da cumplimiento a los requisitos de la nueva versión 8 de IFS Food en su totalidad y se basa en las recomendaciones del Global Food Safety Initiative (GFSI).
Como elemento diferencial, la metodología de Integra Consultoría se compone de un diagnóstico del Modelo de Cultura de la Seguridad Alimentaria existente, haciendo foco en 5 dimensiones:
A raíz de este diagnóstico inicial, somos capaces de diseñar un Plan de cultura de seguridad alimentaria que sea coherente con el contexto actual de la empresa y que se desarrollo en base a unos objetivos de cultura realizaras y alcanzables.
Pero más allá de dar cumplimiento a los requisitos de la versión 8 de la norma IFS Food, los beneficios de disponer de un Modelo de Seguridad Alimentaria son tan obvio que incluso empresas que no están certificadas bajo el esquema IFS Food lo han incorporado en sus organizaciones.
Beneficios de un Modelo de Cultura de Seguridad Alimentaria propio
Los beneficios de tener un Modelo de cultura de seguridad alimentaria propio de la organización son numerosos, tanto a corto como a largo plazo. No hay que olvida que la cultura es el conjunto de valores, creencias, actitudes y comportamientos compartidos por todos los miembros de una organización, y en este caso, con el objetivo garantizar que los productos alimentarios cumplan con los requisitos legales y las expectativas de los clientes, así como prevenir y controlar los riesgos que puedan afectar a la salud de los consumidores
Entre los beneficios, se pueden destacar los siguientes
- Mejora la satisfacción y la fidelización de los clientes, que perciben la calidad y la seguridad como atributos diferenciales de los productos alimentarios.
- Aumenta la competitividad y la rentabilidad de la empresa, al reducir los costes asociados a las devoluciones, reclamaciones, mermas, desperdicios o sanciones.
- Refuerza la imagen y la reputación de la empresa, al transmitir confianza y credibilidad a los clientes, proveedores, autoridades y sociedad en general.
- Fomenta el compromiso y la motivación de los trabajadores, que se sienten parte de un proyecto común y valoran su contribución a la calidad y la seguridad alimentaria.
- Facilita el cumplimiento de la normativa vigente y la adaptación a los cambios legislativos, tecnológicos o de mercado que puedan surgir.
- Promueve la innovación y la mejora continua, al estimular la creatividad, el aprendizaje y la búsqueda de soluciones eficaces y eficientes.
Barreras para la implantación de un Modelo de Cultura de Seguridad Alimentaria
Implantar una cultura de seguridad alimentaria no es una tarea fácil, ya que supone un cambio profundo en la forma de pensar y actuar de la organización. Algunas de las barreras que se pueden encontrar son las siguientes:
- La falta de liderazgo y de apoyo de la dirección, que no asume la responsabilidad ni impulsa la cultura de calidad y seguridad alimentaria como una prioridad estratégica.
- La resistencia al cambio de algunos empleados, que se sienten cómodos con sus hábitos y rutinas y temen perder su poder, su autonomía o su status.
- La escasa comunicación y participación, que dificultan la transmisión de la visión, los objetivos y los valores de la cultura de calidad y seguridad alimentaria, así como la implicación y el feedback de los trabajadores.
- La falta de recursos y de formación, que limitan la capacidad y la competencia de los empleados para desarrollar sus tareas con calidad y seguridad alimentaria.
- La ausencia de reconocimiento y de incentivos, que desmotivan a los trabajadores y no premian sus esfuerzos y resultados en materia de calidad y seguridad alimentaria.
- La incoherencia entre la cultura organizacional y la cultura de calidad y seguridad alimentaria, que genera contradicciones y conflictos entre los valores, las normas y las prácticas de ambas culturas.
Alineación de la cultura organizacional y el Modelo de Cultura de Seguridad Alimentaria
Para superar estas barreras, es necesario que la empresa agroalimentaria diseñe e implante un modelo propio de cultura de seguridad alimentaria, que esté alineado con su cultura organizacional y que sea coherente con su misión, visión y estrategia. Este modelo debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
- El diagnóstico de la situación actual, que permita identificar las fortalezas y las debilidades de la cultura de calidad y seguridad alimentaria existente, así como las oportunidades y las amenazas del entorno.
- La definición de la situación deseada, que establezca la visión, los objetivos y los indicadores de la cultura de calidad y seguridad alimentaria, así como los valores y los principios que la sustentan.
- El diseño del plan de acción, que detalle las acciones, los responsables, los recursos, los plazos y los medios de verificación y evaluación de la implantación de la cultura de calidad y seguridad alimentaria.
- La ejecución del plan de acción por un equipo motor e impulsor, que implique a todos los niveles y áreas de la organización en el desarrollo y la puesta en marcha de las acciones previstas, así como en el seguimiento y la mejora continua de las mismas.
- La comunicación interna y externa, que informe y sensibilice a los trabajadores, clientes, proveedores y demás partes interesadas sobre la importancia y los beneficios de la cultura de calidad y seguridad alimentaria, así como sobre los avances y los logros conseguidos.
- El reconocimiento y la recompensa, que valoren y premien el desempeño y el comportamiento de los trabajadores en relación con la calidad y la seguridad alimentaria, así como el de los equipos y la organización en su conjunto.
- La mejora y revisión continua del Modelo de Cultura de calidad y seguridad alimentaria que consiga la implicación y compromiso de las personas y el cumplimiento de los objetivos a largo plazo.
El equipo de expertos del área de consultoría de Integra puede ayudarte en el proceso de definición, planificación e implantación de tu propio Modelo de cultura de seguridad alimentaria alienado con la Cultura Organizacional de tu empresa. Contacta con nosotros si quieres más información sobre este proceso que reportará eficiencia y beneficios.