Pese a que la vida de una empresa transcurre entre acontecimientos, unos internos (fundación, expansión, cambios en la dirección o en los empleados…) y otros externos (crisis económicas, globalización, cambios en mercados…), que marcan sus diversos ciclos o etapas, la meta de las sucesivas estrategias empresariales es siempre la misma: obtener rentabilidad y sobrevivir.
Pero es que, si el objetivo de las empresas es el mismo, la supervivencia, podemos observar que también tienen algo en común las organizaciones que, hoy por hoy, destacan por cumplir dicho objetivo: su capacidad para obtener permanentemente ventajas competitivas a través de la innovación.
Cultura de empresa innovadora
La innovación no puede ser algo exclusivo de un departamento (normalmente se ha relacionado con los departamentos técnicos o de desarrollo de producto). Para que una organización se transforme en empresa innovadora, la innovación debe ser algo de todos y cada uno de los que la componen. Por tanto, cada persona de la empresa debe conocer qué comportamiento se espera de ella para contribuir a dicha transformación.
Si la transformación es la palabra clave, podríamos proponer algunas creencias o valores que deben imperar en la organización para que ésta contenga un clima favorable a la innovación:
- Organización abierta a la innovación: la actitud general debe ser estar receptivos a tomar en consideración todas las propuestas.
- Clima de confianza: cualquier persona de la empresa se debe sentir con la capacidad real de hacer propuestas innovadoras
- Apuesta por el desarrollo de las personas: se deben implementar los mecanismos para que ese desarrollo esté efectivamente implementado y las personas conozcan su existencia.
- Organización flexible: disposición constante a adaptarse a los cambios del entorno, aunque ello suponga cambios organizativos internos. También los procedimientos deben ser suficientemente flexibles como para que sean posibles dichos cambios sin que se vea afectada la consecución del negocio.
- Estilos de dirección participativos: la toma de decisiones no reside de forma exclusiva en la dirección. No están supeditadas a una excesiva rigidez ni burocracia. Cambia el clásico concepto de jerarquía en pro de la participación.
Pero, ¿de qué forma se logra cambiar la cultura de una empresa? Reflexionando sobre cualquier organización de nuestro entorno concluimos que las actitudes y creencias de su personal, es decir, los valores que imperan en la organización, han ido enraizando en la misma a lo largo del tiempo como consecuencia de actitudes y comportamientos de los líderes que se han ido sucediendo desde la fundación de la compañía.
Un ejemplo es Jack Welch, que lideró a finales del siglo pasado la empresa General Electric, convirtiéndola en una de las más grandes del mundo: “si hay un directivo que consigue y supera todos los objetivos, pero no comparte los valores de la empresa, lo despido”, dijo. Lo cual refleja la importancia que para él tenía la asunción de la cultura corporativa por parte de sus directivos.
Los líderes de las organizaciones son el ejemplo que siguen todos los colaboradores y, por tanto, si se desea transformar los valores actuales (suprimiendo o potenciando algunos, haciendo nacer otros) hacia valores favorables a la innovación, se hace fundamental la labor de los líderes de la misma. Por lo tanto, modificar la cultura de una organización supone que el estilo de Dirección debe modificarse, transformarse, alineando su comportamiento con la estrategia de innovación definida.
No sólo los líderes serán clave para implantar la innovación, también es posible que haya que cambiar estructuras -modos de relacionarse, sistemas de dirección, responsabilidades etc.- para que los líderes sean los adecuados para la consecución de dicha estrategia de innovación. De hecho, existen estructuras organizativas más adecuadas que otras para propiciar la innovación. Una estructura simplificada y horizontal hace nacer la creatividad de los líderes y colaboradores más fácilmente que en una empresa con estructuras complejas y piramidales. De esta forma, estar dispuesto a cambiar y transformar la empresa removiendo sus cimientos será un elemento clave para recorrer el camino de la innovación.
Líderes comprometidos con la innovación
La misión del directivo comprometido con la transformación de la cultura de la empresa hacia la innovación es cambiar las actitudes y comportamientos de sus colaboradores. Actitudes y comportamientos que se conviertan en habituales, no ocasionales. El directivo innovador está convencido de que la competitividad de la empresa, la que hace a ésta diferente de otras, se mide en función del compromiso y capacidad de las personas. Por tanto, algunos de los propósitos buscados serán que todos los que componen la compañía:
- Sepan cómo afectará en su día a día el cambio
- Conozcan qué se persigue con el cambio
- Reconozcan en sus líderes las actitudes y comportamientos que se desean de ellos. Tengan una referencia de cómo actuar frente al éxito y al fracaso
- Vean que la dirección está dispuesta a escuchar sus ideas y ponerlas en práctica por muy radicales que sean
- Tengan deseo de contribuir con ellas a la innovación y al compromiso con la empresa
Las personas de la organización deben creer en la innovación. Deben ver que las ideas propuestas son puestas en práctica, comprobar que la estrategia de innovación es posible y real. Hacer sentir (más allá de creer) que la innovación ha pasado a ser el eje estratégico de la empresa y que ellos mismos forman parte de la construcción de dicha estrategia innovadora. En definitiva, hacen nacer en ellos un compromiso total con la innovación.
Para que ese cambio perdure en el tiempo y se cree una nueva cultura debe producirse de forma natural y sistemática. El directivo es el ejemplo a seguir, por lo que su entrenamiento diario va a ser fundamental. Debe incorporar a su propio comportamiento otras formas de sentir y actuar, en coherencia con estos principios innovadores.
En resumen, podemos establecer las siguientes premisas para la generación de una cultura favorable a la innovación:
- La innovación es una necesidad de las empresas para conseguir ventajas competitivas sostenibles.
- Dado que la innovación requiere modificar sentimientos, pensamientos y creencias, debemos crear una cultura de innovación en la organización.
- La dirección y los líderes son el ejemplo a seguir por las personas de las empresas. Por tanto, es necesario implementar cambios de estilos de dirección, crear un liderazgo diferente, un liderazgo que transforme la organización en algo distinto.
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Artículo redactado por Natalia Vicente
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