Ayer bajé a realizar la compra semanal a mi supermercado habitual. Al entrar, me reconocieron y me dieron un carro con mi compra habitual. Al explicar que en esta ocasión quería comparar algo distinto, me dijeron que debía rellenar un documento y volver en 3 o 4 semanas, que será el plazo en el que tendrán el carro preparado…
Me acerqué después a mi tienda habitual de ropa y, de nuevo, al entrar me dieron el traje que según ellos necesitaba y el cual debía comprar, ya que es el que he adquirido en otras ocasiones. Como lógicamente no estaba dispuesto a que nadie me impusiera qué debo o no comprar, interpuse una reclamación y para hacerlo tuve que rellenar un extenso formulario describiendo el traje que quería. Pero hasta dentro de 3 o 4 semanas no lo tendré preparado.
Por supuesto, cuando fui a recoger mi carro de la compra ya no eran los alimentos que me apetecían, y el traje no había estado listo para el evento en el que lo necesitaba…
Como todos podéis suponer esta historia no es verídica, a todos nos parecería increíble que esto ocurriese en realidad, no lo toleraríamos y automáticamente cambiaríamos de comercio.
Pero entonces, ¿por qué permitimos que esto ocurra con la información de mi empresa? Información estática, grandes monumentos a la arquitectura de la información, pero poco ágiles para la flexibilidad que hoy en día demandamos.
Este cambio de paradigma ha llevado a los fabricantes a subir un nivel las herramientas de consumo y creación de información a partir de los datos que generan nuestros negocios. Los métodos y formas de acceso están transformando también los entornos, donde el usuario es el protagonista y dispone de herramientas con las que construir su propia información, en un lenguaje que no le es extraño. Bienvenidos al mundo del autoconsumo de la información.
Herramientas como, por ejemplo, Watson Analytics (IBM) o Power BI (Microsoft) ofrecen soluciones enmarcadas en esta nueva tendencia que, entre otras cosas, permiten:
• Construcción de informes sin necesidad de conocimientos técnicos, (no habrá que esperar, como en el ejemplo anterior, 3 o 4 semanas para tener mi carro de la compra).
• Entornos de análisis de información, (ahora podré “bucear” por todo el catálogo de la tienda para ver qué quiero comprar).
• Transformación de terminología técnica a terminología de negocio, (siempre será pan Bimbo, no pan de molde…).
• Uso de lenguaje natural para interrogar a nuestro sistema de información, no quiero hablarle a una máquina sino a una persona.
En un entorno en el que las herramientas de Business Intelligence se han democratizado, saliendo del entorno de grandes corporaciones, estas nuevas aplicaciones viene a dar una nueva “vuelta de tuerca”, alcanzando una gran popularización y ofreciendo productos muy asequibles con funcionalidades antaño soñadas.
Os animo a probarlas, muchas de ellas son accesibles en entornos demo o incluso gratuitas. Ahora podéis ser dueños no sólo de vuestros datos sino también de vuestra información.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.