He pensado mucho en cómo titular este artículo hasta que de repente lo he visto claro.
El ser humano es emocional, desde los pies a la cabeza. Cuando algo nos gusta, nos conmueve, nos impacta o nos aterra, nos resulta difícil de olvidar. ¿Acaso no has escuchado una canción y de pronto has sentido como retrocedías en el tiempo y rememorabas ese instante en concreto cuando sonaba? ¿O ese olor en concreto que te lleva directamente a un momento de tu vida que creías haber olvidado? Por cierto, que según dicen el olfato es el sentido que más fuerte te hace recordar algo.
Todos recordamos también a algún profesor en concreto. Puede que sea uno del colegio, instituto, universidad, etc. Puede que no fuera el profesor más rico en conocimientos, pero sí el que más te hizo “amar” una asignatura.
En mi caso, por ejemplo, siempre recordaré a un profesor de la universidad que consiguió que su asignatura, Historia de España, me atrapara como si de un gran libro o película se tratase. Sus clases eran participativas, emocionantes, te mostraba todo lo que sabía desde otro punto de vista, te hacía usar la imaginación, etc.
Ya desde el primer día pude intuir que iba a ser diferente cuando dijo frases como: “A mí me dan igual las notas, para mí si lo queréis ya tenéis todos el aprobado” ó “conmigo olvidaros de aprender fechas y cerrad los libros”. Enseguida me recordó al genial Robin Williams en ‘El club de los poetas muertos’ con su ya famoso “Oh, capitán mi capitán”.
En formación online, existe la figura del tutor/dinamizador que muchas veces pasa desapercibida. Es la persona que sigue el progreso del alumno desde “el otro lado”. Su misión es preocuparse por que todos y cada uno de los alumnos alcancen los objetivos marcados de antemano, cada uno a su ritmo. Es el “capitán” que motiva a sus alumnos y les ofrece salir de las ataduras del curso para ver qué hay más allá.
Pero claro, la formación digital es diferente a la formación presencial, de ahí que cueste “empatizar” con alguien al que no ves. Por ello, es imprescindible que el tutor sea una figura que no se limite a dar respuestas únicamente de forma reactiva cuando se le hace una consulta, sino que se adelante a ellas y motive a participar, preguntar, colaborar, etc. Para ello, dispone de herramientas online dentro de las plataformas e-learning como mensajería, foros, chats, videoconferencias, blogs, gamificación, RRSS, etc.
Una buena plataforma de formación online con sus adecuadas herramientas permiten al tutor y alumno encontrarse e interactuar. Es un espacio donde ampliar el “contenido hermético” del curso y juntarse para hablar de temas de actualidad, ver enfoques diferentes de lo visto en el curso, ayudar a emprender proyectos reales fuera del aula, tratar de orientar a nivel profesional, etc.
El tutor debe ser aquella figura que transmita pasión a través de sus propuestas educativas, por ello contar con un buen campus en la plataforma e-learning, donde tutores y alumnos se relacionen y resuelvan sus dudas de manera proactiva y mediante reunión telemática, es clave para sacar el máximo partido a la formación digital. No es lo mismo que plantee una práctica colaborativa a través de una videoconferencia a la hora que mejor venga a los alumnos que si simplemente escribe unas líneas en la plataforma resolviendo una consulta.
Un alumno puede, como en cualquier otra formación online o presencial superar un curso, pero jamás olvidará qué le enseñaron si su tutor/dinamizador le guió en su camino al grito de “Oh, capitán mi capitán”.
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