El que me conoce ya sabe que puedo ser un poquito «insistente» con el tema de los backups. A todos los clientes les intento trasladar la importancia de las copias de seguridad, de la importancia de hacerlas y revisarlas diariamente, y de verificarlas al menos mensualmente.
Los ataques por ransomware se han convertido en los últimos años en uno de los más habituales. Malware que encripta nuestros archivos para posteriormente solicitar un rescate por ellos. Creo que esto habla de la importancia de disponer de no uno, si no varios métodos de copias de seguridad.
Está claro que no todas las empresas pueden gastarse recursos ilimitados en sus infraestructuras y hay que realizar las inversiones en base a sus necesidades y presupuesto, buscando que en el caso de una pérdida de datos, esta pueda paliarse en el menor tiempo posible y recuperando la información lo más actualizada posible.
Los fabricantes nos hablan de las estrategias 3-2-1, al menos tres copias, en dos tipos de dispositivos y al menos una de ellas que debiera de estar fuera de nuestras instalaciones. Sin abordar el tema legal de como exportar los datos o sacarlos de nuestras instalaciones, ya que merece un post solo para hablar largo y tendido de ello, nos queremos centrar en como debiéramos de plantear si realmente estoy protegido o no. Si mis datos están a salvo o solo tengo una falsa sensación de seguridad.
Si partimos de los datos que almacenamos en nuestros servidores, generalmente tenemos los aplicativos con los que funciona nuestra empresa, las bases de datos de las que se alimentan los aplicativos y los millares o millones de archivos de los que solemos disponer.
Antaño los informaticos recomendábamos como un mantra siempre guardar los ficheros en los servidores. Estos disponían de sus sistemas de backup y podíamos estar más o menos tranquilos con nuestras unidades de cinta. Esas mismas cintas podíamos rotarlas y sacarlas fuera de las oficinas y como ventaja añadida, eran inmunes a los virus.
Y sin darnos cuenta, llego la época de la movilidad, el querer tener a nuestro alcance toda la información en cualquier momento lo que hizo que empezáramos a sacar nuestros datos en discos USB o pendrives, y que al revés de las denostadas cintas, estos medios fueran susceptibles de ser infectados y ser capaces de propagarse con algo tan sencillo como modificar el famoso autorun.inf que se ejecutaba nada más insertar el dispositivo en su correspondiente ranura.
La mejora en nuestras comunicaciones nos ha permitido disponer de enormes herramientas de sincronización de nuestros datos, Google Drive, One Drive, Drop Box y ya por encima, los gestores documentales, SharePoint u otros nos ayudan de manera más corporativa y aportan otras funcionalidades, pero nunca deben verse como un backup.
Nos hemos llevado nuestras aplicaciones al cloud, nuestros archivos, nuestro correo, pero nos dejamos llevar por una idea extendida y equivocada de que los proveedores de cloud, hacen copias de seguridad de nuestros archivos y no es así. O al menos, no tanto como nos gustaría.
En algunos casos, archivos o correos que han sido borrados pueden recuperarse durante unos 30 días. Pero depende de la circunstancia puede darse que los perdamos al momento y no podamos recuperarlos o que no nos demos cuenta hasta pasados unos meses.
Igualmente los administradores de backup deben de poder enfrentarse a pérdidas de información no solo con un «a ver si hay suerte». Los usuarios y directivos les van a poner el listón muy alto y el cloud supone nuevos retos.
Veeam Backup para Office 365, nos permite en una única solución económica y fácil de implementar, realizar copias de seguridad de One Drive, correo y nuestros sitios de SharePoint con las políticas de retención que más nos interesen, lo cual hace que ante cualquier contingencia que puedan sufrir nuestros datos, seremos capaces de recuperarlos en cuestión de minutos en la versión que más nos interese con respecto a nuestra política de retención.
Veeam Backup para Office 365 también nos permite efectuar nuestras copias de manera incremental, optimizando el uso de nuestros anchos de banda, poder descargar la copia en nuestras instalaciones o dejarla en un repositorio en Azure e incluso nos es válido para organizaciones híbridas donde conviven servidores on-prem y servicios en cloud.
¿Dejamos a la suerte nuestra información o nos disponemos a asegurarla?
Artículo redactado por Jacobo Gil
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