La transformación digital no es sólo un tema de tecnología. Es una cuestión de visión, estrategia, cultura organizativa y rediseño de procesos. Y con estas condiciones podemos decir que por encima de todo es cuestión de personas. Y ahora más que nunca, es crítico superar con éxito el reto de la gestión del talento en tiempos de redes, conexiones, datos, modelos de negocio digitales, ofertas omnicanal y un largo etcétera.
La digitalización como palanca de cambio
La digitalización de la sociedad (economía, mercados, relaciones entre gobiernos y ciudadanos…) supone un reto. Las relaciones empresariales se están transformando, y las relaciones entre empresas y empleados (talento) se están redefiniendo a un ritmo vertiginoso.
Las denominadas Tercera y Cuarta Revolución Industrial han puesto en nuestras vidas conceptos como smartphones, sensores, Big Data, Inteligencia Artificial, o Internet of Things. La llegada de estas innovaciones tecnológicas viene acompañada de nuevos modelos de negocio (fundamentalmente modelos plataforma que conectan mercados como nunca antes), cambios en los procesos operativos a partir de la automatización de muchas partes de la cadena de valor y un giro hacia la denominada Economía del Dato.
Los retos en la transformación digital
Los procesos de digitalización y sus cambios representan un gran desafío para todos los implicados, desde consumidores y trabajadores a empresas e instituciones. De forma sintética, podemos observar los siguientes retos para cada uno de ellos:
- Se espera que el ritmo de adopción de tecnología no disminuya y, de hecho, se va a acelerar en muchas áreas de las organizaciones. Procesos como la adopción de la computación en la nube, el Big Data o el comercio electrónico (entre otros) siguen siendo aspectos de alta prioridad para la dirección de las compañías. Además, asistimos a un aumento significativo en el interés por la automatización, la robotización de procesos, la inteligencia artificial o el Internet de las cosas.
- La automatización, junto con la recesión de COVID-19, está creando un escenario de «disrupción» para empresas y trabajadores. La adopción tecnológica está transformando tareas, empleos y habilidades. Un elevado porcentaje de empresas están listas para redefinir sus equipos con motivo de la integración tecnológica, y muchas ya han apostado por la externalización de ciertos procesos de negocio para trabajos especializados.
- El número de empleos que se verán afectados como respuesta a los cambios será elevado, y es probable que los nuevos empleos superen a los empleos que van a ir desapareciendo paulatinamente, pero ¿a qué ritmo? Es probable que los roles cada vez más redundantes (tereas repetitivas) disminuyan, y que nuevas profesiones emergentes emerjan. Este será uno de los grandes retos que afrontaremos como sociedad: conseguir que los empleos desplazados sean ampliamente compensados con nuevos roles que están más adaptados a la nueva división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos.
- Las brechas en las habilidades continúan siendo elevadas a medida que las habilidades más demandadas en todos los trabajos cambian a ritmo acelerado. Las habilidades que las empresas demandan de forma creciente no son sólo esencialmente tecnológicas (ciencia de datos, programación, IA…), e incluyen también capacidades como el pensamiento crítico, la capacidad de análisis, o la resolución de problemas.
- Asimismo, las habilidades alrededor de la autogestión, el aprendizaje activo, el trabajo en equipo, la resiliencia, la tolerancia al estrés, la flexibilidad, la comunicación, la gestión del cambio o la capacidad de adaptación siguen siendo cada día más relevantes. Las empresas saben que un porcentaje elevado de sus trabajadores requerirán una actualización de sus capacidades a corto plazo, y la mayoría de los líderes empresariales esperan que los empleados adquieran nuevas habilidades.
- El futuro del trabajo ya ha llegado para una gran mayoría de empleados en el sector servicios que trabajan en entornos digitales. En este entorno, muchas organizaciones han iniciado proyectos para digitalizar rápidamente sus procesos de trabajo, incluida una expansión significativa del trabajo remoto. En este caso, el reto subyacente gira alrededor de variables como la productividad y el bienestar, la necesidad de crear un sentido de comunidad, asegurar la adecuada conexión y no reducir el sentimiento de pertenencia. El uso de herramientas digitales para garantizar el trabajo colaborativo es uno de los principales desafíos planteados por el cambio al trabajo remoto.
- La guerra por el talento ya ha empezado. Muchas empresas empiezan a tener serias dificultades para encontrar los recursos adecuados en sus proyectos no siendo posible formar los equipos de personas necesarios para llevar a cabo todos sus proyectos.
Nuestro proceso para la digitalización
Una vez planteados estos retos, ¿qué posibles acciones podemos tomar para responder a los desafíos? Esencialmente, apostar por las personas, por el talento. El conocimiento es uno de los activos más importantes de las organizaciones del siglo XXI, y el talento “humano” y humanista nos ayudará a aprovechar las inmensas capacidades de la Tecnología.
Sin intención de ser exhaustivos, podemos trabajar en varias palancas (o vectores) de transformación:
- Definir una estrategia de transformación. Preparar el viaje de cambio mediante un enfoque de trabajo por proyectos con metodologías ágiles. Fomentar una cultura del Producto Mínimo Viable (validación por clientes) y diseño centrado en las necesidades humanas (Human Centered Design). En definitiva, obsesión por el cliente, con visión customer centric.
- Apostar por mejorar nuestra capacidad para desenvolvernos en la economía digital y no pensar sólo en herramientas. Necesitamos capacidades “humanas”: escucha, empatía, transparencia, comunicación continua, honestidad, tolerancia, flexibilidad… Las personas como protagonistas del cambio porque son las que activan los proyectos.
- Colaborar, cooperar, co-crear. Fomentar redes transversales y nuevos roles (capaces de dinamizar grupos, construir y compartir conocimiento, gestionar equipos digitales…)
- “Diagonalizar” la información y las compañías: romper silos y trabajar en equipos de proyectos transversales.
- Apostar por organizaciones que toman decisiones desde los datos, que maximizan la información disponible y la explotan. La combinación de datos con contexto y con talento de las personas nos acerca a la inteligencia colectiva (sabiduría) que puede usar la Tecnología como palanca de transformación. Las decisiones basadas en datos nos acercan a resultados reales.
- Construir una cultura del aprendizaje continuo. Aprender y reaprender. Llevar la anticipación al campo del talento y ser capaces de adelantarnos a las necesidades. Atraer talento como objetivo estratégico.
- Liderar con el ejemplo. Empresas más “planas”, en las que las relaciones con más fluidas, más orientadas al enfoque ágil y flexible de los nuevos proyectos (liderazgo digital).
Definidos los pasos a seguir, resulta fundamental asumir el liderazgo en este proceso de digitalización. No esperar el cambio, sino anticiparse creando una estrategia a corto, medio y largo plazo que nos permita desarrollar todo el talento de nuestro equipo y sumar más talento con el que seguir creciendo en el futuro. En Integra, somos expertos en acompañarte en todo este proceso desde una fase inicial teórica a todas las acciones prácticas a realizar para lograr con éxito este proyecto. ¿Quieres dar el siguiente paso?
Artículo redactado por Manuel Gutiérrez
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