Si esperas encontrar una descripción formal de conceptos como IoT (Internet de las Cosas) o Big Data es mejor que no leas este post. Internet está lleno de esas definiciones con todo detalle técnico, rigor científico e histórico, y no te costará mucho encontrarlas. Yo he querido hacer una breve introducción al concepto IoT, a través de sencillas reflexiones en un lenguaje más natural (o como decimos coloquialmente «Internet de las Cosas para que lo entiendan nuestras abuelas»).
Partiré de la reflexión inicial de que las cosas siempre habían tenido algo que decir. Pero a las pobres «cosas» o no les habían enseñado a hablar, o hablaban y nadie las escuchaba.
Todas las «cosas» tienen una información que darnos, sobre ellas, sobre lo que les rodea o sobre las condiciones en las que se encuentran. Una bombilla puede decir si está encendida o está apagada, pero también puede decirnos cuantos lux emite o cuanta energía consume. Pero a la bombilla hasta ahora nadie le había preguntado, ella hacía lo que le mandaban, pero no decía nada.
Lo mismo les ocurría al resto de objetos de nuestra vida cotidiana, sobre todo a aquéllos que pasan desapercibidos haciendo su trabajo. Un neumático al que nadie le preguntaba cuanta presión tenía (ocasionalmente en alguna gasolinera, pero no durante los largos viajes por carretera), una puerta que a nadie le interesaba las veces que se abría o cerraba, o la solitaria estantería que no podía decir que estaba vacía. Electrodomésticos de todo tipo que cumplían fielmente las funciones para las que habían sido diseñados, pero que no podían «compartir» con nadie lo que les sucedía. Podríamos seguir enumerando infinidad de estas «cosas» que estaban dispuestas a contarnos algo (contenedores, campos de cultivo, vehículos etc.), algunas incluso ya lo hacían, hablaban y hablaban, pero nadie les escuchaba.
Y llegó el momento en el que nos pusimos a escuchar lo que decían, hicimos hablar a las que no hablaban, decidimos guardar todo lo que decían porque, en su conjunto, esa información podría ayudarnos a tomar decisiones. Y así fue como con los datos que nos daban, y gracias a los avances de la tecnología pudimos conectar a Internet estos objetos, almacenar esa información en grandes bases de datos, tratarlos y transformarlos para convertirlos en información de valor y que ésta nos diese el conocimiento que permitiese tomar decisiones. En ocasiones estas decisiones implicaban que nosotros hablásemos de nuevo a las «cosas» para variar su comportamiento. Y así, sin enterarnos de que todo esto ocurría a una velocidad de vértigo, en pocos años la tecnología IoT ha pasado a formar parte de nuestras vidas (lo sepamos o no).
Probablemente ya sepas que existen electrodomésticos que puedes controlar desde tu smartphone y que te dicen cuando tienes que poner sal al lavavajillas, pero os pondré un par de ejemplos menos habituales para ilustrar esta situación un poco mejor.
- ¿Sabías que ya son varias las ciudades de España que están ahorrando miles de euros en gasolina gracias a la optimización de las rutas de sus camiones de recogida de contenedores de reciclado? Para que esto ocurra los contenedores han tendido que hablar, y contar cómo están de llenos, lo cual permite optimizar las rutas de los camiones de recogida de los mismos, con el consiguiente ahorro de tiempo y combustible.
- ¿Sabías que ya existen en agricultura multitud de plantaciones que gracias a los sensores de monitorización del microclima son capaces de predecir plagas y optimizar el riego? Estos sensores no se quedan únicamente en las condiciones ambientales, llegan incluso a monitorizar el tamaño del tallo y el tamaño del fruto, aportando una información constante y en tiempo real de las condiciones de las cosechas.
Por supuesto para conseguir esto hace falta tecnología. Estos son los 3 pilares básicos en tecnología de cualquier proyecto IoT:
- Sensores y dispositivos para la captura de datos y la transmisión de los mismos
- Plataformas cloud que recogen y almacenan esos datos
- Soluciones que analizan, interpretan, y presentan la información obtenida
Pero si hablo de ellas, nuestras abuelas no entenderían este post.
Aunque si me gustaría mencionar al menos una de ellas, y pensando cual podría representar mejor el concepto de IoT creo que sin duda Arduino es quien merece esta mención.
Arduino es una plataforma electrónica de código abierto que en su «IoT Manifiesto» nos propone que los dispositivos conectados han de ser abiertos, sostenibles y solidarios. Si ya has empezado a conocer el mundo IoT seguro que conoces Arduino. Lo que quizá no sepas es que uno de sus cofundadores es español, de Zaragoza para más señas, David Cuartielles.
Han pasado ya muchos años desde que tuve el placer de compartir alguna que otra experiencia con David en mi comienzo laboral en EFOR, ya desbordaba por aquel entonces pasión por el software libre y no le faltaban matices de solidaridad y sostenibilidad.
En próximo artículos hablaremos en profundidad de alguna de estas tecnologías, pero si quieres aprender más sobre ellas te animo a participar en alguno de los Workshops y HandsOnLab sobre IoT que organizamos periódicamente, puedes solicitar más información en formacion.efor.es
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