En 1.999 las hermanas Wachowski nos regalaban la primera película de su famosa tetralogía: “The Matrix”, a la que seguirían “The Matrix Reloaded” (2003), “The Matrix Revolutions” (2003) y “The Matrix Resurrections” (2021), protagonizadas en sus papeles principales por Keanu Reeves, Laurence Fishburne, Carrie-Anne Moss y Hugo Weaving.
Recuerdo con entusiasmo la primera vez que vi la película, y el impacto que supuso esa historia distópica de seres humanos alimentando con su energía un mundo de máquinas que habían creado un mundo paralelo donde las personas vivían vidas que no eran reales (aunque, ¿qué es real y qué no?).
Pero no vengo a hablar exactamente de mundos paralelos. Hoy vengo a rememorar una de las imágenes más icónicas de esa película. No, no es la imagen de las dos pastillas (roja y azul, que abren caminos distintos; esa es también una gran metáfora). Yo quiero hablar de la “lluvia digital verde de código” que se ha quedado para siempre en nuestras retinas. Al final de la película, cuando Neo ha trascendido la realidad de Matrix (porque sí, es “El Elegido”), observa Matrix y ya no ve lo que los ojos del resto de los humanos ven (o mejor dicho la imagen que Matrix ofrece a los humanos en su cerebro y que estos creen ver). Ya no ve un mundo multicolor, con árboles verdes, cielos azules y personas de diferentes tonos de piel. Lo que Neo ve son conjuntos de datos (en forma de código) que representan un ente (persona, árbol, casa…).
Parece que podríamos movernos en esa dirección: cada uno de nosotros es una suma de acciones, de momentos, de interacciones. Y cada uno de esos momentos es una función de datos (asociados a variables, más o menos complejas). Variables en tanto en cuanto pueden tomar diferentes valores, y cambiar a lo largo del tiempo. Variables independientes o dependientes. Estas últimas con diferentes niveles de correlación y conectadas entre sí a partir de fórmulas (algoritmos) más o menos complejos.
Ir “hacia arriba” es sencillo: cada ente se conecta a otros entes en diferentes ecosistemas. Y de esas conexiones e interacciones surgen nuevas variables. Incluso el modelo relacional (entre sistemas y ecosistemas) puede evolucionar. En el fondo eso es nuestro mundo: una constante evolución.
A estas alturas nadie duda del valor de los datos (que han sido definidos como el nuevo petróleo no hace tanto : The world’s most valuable resource is no longer oil, but data | The Economist). Por eso la “obsesión” por los datos es creciente. Nuevas especialidades: Data Science o ciencia de los datos. Nuevos conceptos: Big Data, Arquitectura del Dato, Gobernanza del Dato, Data Analytics… Y nuevas profesiones: data scientist, Chief Data Office, Head of Data…
Estamos frente a un gran reto y ante una gran oportunidad: la recolección de los datos. Si podemos ver el mundo como un gran conjunto de datos, entonces, ¿qué datos son relevantes?, ¿quién genera esos datos?, ¿en qué procesos de negocio?, ¿cómo recopilamos la información?, ¿necesitamos pedir permiso?, ¿estamos recopilando la información correcta que nos lleve al conocimiento? (datos puestos en contexto y entendidos), ¿podemos acercarnos a la sabiduría? (datos en contexto, entendidos y utilizados para hacer lo correcto).
Volvamos de nuevo a la ficción, esta vez literaria. En la novela ‘The Circle’, Dave Eggers nos sumerge en el mundo de una gran compañía tecnológica (The Circle) capaz de monitorizar toda actividad, capaz de convertir cada acto en una pieza de información que es analizada, escrutada y evaluada en tiempo real. ¿Será ese el futuro que nos espera? ¿Nos miraremos y nos veremos en forma de código verde? Creo que no, creo que en realidad tenemos la oportunidad única de convertir esos datos en sabiduría. Necesitamos trabajar sobre el flujo constante desde los datos hasta el conocimiento experto orientado y probado (wisdom) que favorece la extensión de buenas prácticas en las organizaciones y en nuestro día a día.
Y para convertir el dato en información en la que basarse para tomar decisiones es necesario crear una estrategia basada en recolección, filtro, visualización y análisis. En Integra somo expertos en analítica y podemos ayudarte a que tu negocio de un paso adelante.
Artículo redactado por Manuel Gutiérrez
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