El concepto de defensa de los alimentos o Food Defense, ha adquirido mayor relevancia tras la serie de ataques terroristas que han sufrido los países occidentales en los últimos años y que ha puesto de manifiesto la enorme vulnerabilidad de las sociedades modernas debida a su dependencia de una serie de servicios esenciales como son el agua, alimentación, sanidad, energía, telecomunicaciones, transportes, etc. Este tipo de infraestructuras han sido objetivo de organizaciones terroristas porque ofrecen, en muchas ocasiones, un blanco fácil y de gran rentabilidad.
La cadena alimentaria, dada su dispersión, es un objetivo vulnerable, donde deliberadamente se pueden generar pérdidas humanas y económicas muy importantes. Este sector está obligado por los reglamentos europeos a disponer de protocolos de seguridad de la inocuidad alimentaria, pero sólo para aquellos peligros de contaminación naturales, accidentales o aquellos razonablemente previsibles.
Sin embargo, la legislación europea todavía no ha contemplado la necesidad de exigir a la industria alimentaria, protocolos dirigidos a la prevención de daños o ataques intencionados, y que, por lo general, son muy difíciles de pronosticar.
Como en otras ocasiones, son las normas internacionales de certificación alimentaria como IFS, BRC o FSSC 22000 las que se anticipan a la administración pública (excepto en el caso de la legislación norteamericana) abordando el problema y exigiendo a las organizaciones la implementación de Planes de Defensa de los alimentos.
Por este motivo, un Plan de Defensa de los alimentos es el conjunto de esfuerzos de una organización para prevenir la contaminación intencionada de alimentos por agentes biológicos, químicos, físicos o radiológicos y cuya intención podría ser matar a personas, desacreditar a una empresa o hundir una economía.
Una potencial amenaza debe contar con varios factores para realizar el acto malintencionado:
- Facilidad de acceso a instalaciones
- Conocimiento sobre el sector al que va dirigido el ataque, sus procesos industriales y sus vulnerabilidades
- Conocimiento de los agentes dañinos y sus efectos sobre la salud del consumidor
- Conocimiento de técnicas para evadir los mecanismos de control
Un buen Plan de defensa de los alimentos deberá considerar entre otros aspectos:
- La garantía de la integridad e idoneidad de las personas de la organización, a través de adecuados procesos de selección de los recursos humanos
- El control del acceso a las personas, pormenorizando lo relativo al personal propio de la organización, de las visitas, clientes, proveedores, etc.
- El control del acceso de los vehículos motorizados, mercancías, correo y paquetería
- El control del acceso a los suministros básicos, agua, energía, etc.
- El control del acceso a los procesos productivos, almacenes de materias primas, auxiliares y de producto acabado, vehículos para el transporte y expedición del producto acabado
- Y entre otras medidas, restricciones a los equipos electrónicos portátiles, como los dispositivos móviles dotados de cámara fotográfica
En INTEGRA Estrategia y Tecnología diseñamos e implementamos Planes de Defensa de los Alimentos, tras un análisis del contexto interno y externo de tu organización y una rigurosa evaluación de los riesgos y vulnerabilidades de la instalación, implementaremos las medidas preventivas más adecuadas y aportaremos las soluciones tecnológicas más idóneas, satisfaciendo así los requerimientos del Plan de Defensa de los Alimentos incluido dentro de las normas internacionales de seguridad alimentaria.
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Requisitos legales, notificaciones y alertas sanitarias para la gestión de la seguridad alimentaria
Protocolos de Certificación Internacional para la Industria Alimentaria
Autor: Joaquín Casas
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