Herramientas colaborativas y trabajo colaborativo
Desde hace tiempo estamos trabajando con programas y metodologías que nos permiten ser más colaborativos con nuestros trabajadores, por ejemplo, accediendo varios usuarios a la misma información al mismo tiempo, de forma que somos más productivos y el resultado grupal es mejor que la suma de los resultados individuales. Todo esto está aceptado, es un gran avance y muchas empresas están invirtiendo en proyectos de este tipo para incorporar esta tecnología y formar a sus empleados.
Herramientas colaborativas como Microsoft Office 365 cada vez están más extendidas, soluciones que nos permiten acceder a la información en cualquier momento y desde cualquier lugar, mantener una comunicación constante con los miembros de nuestro equipo y, en definitiva, trabajar con mayor seguridad y flexibilidad (para conocer estas funcionalidades en profundidad podéis descargaros la grabación del webinar Office 365: Aumenta la productividad y colaboración de tu equipo).
Ya nadie cuestiona su eficacia pero, una vez que tenemos implantada la herramienta colaborativa y trabajamos con ella, ¿ya hemos conseguido todo?, ¿nos queda algo más de recorrido?, ¿cuál es el siguiente paso?
La respuesta a estas preguntas es que sí, aún nos queda camino por recorrer donde la tecnología sólo es el primer paso, un medio para que el trabajo colaborativo funcione. Para que sea efectivo y una realidad hay que revisar antes aspectos como la estructura y la actividad de una compañía.
El trabajo colaborativo no es lo mismo que trabajo en equipo, con esta idea vamos un paso más allá: combina tareas de los distintos departamentos de manera flexible, según las necesidades de los proyectos y fomenta la comunicación entre los mismos. A través de él, se crean espacios comunes donde cualquier miembro de la organización puede expresar su opinión sobre cualquier área de la misma. Esta metodología es una de las claves del éxito de muchas compañías tecnológicas y el reto es que extienda hacia el resto de los sectores del mercado.
En la línea del trabajo colaborativo, están apareciendo metodologías como Agile donde los proyectos se dividen en fases con el objetivo de hacer entregas más rápidas y continuas y simplificar los posibles cambios, o DevOps donde se combinan tareas de desarrollo de software y de sistemas.
Como os digo, es una idea-metodología que se está extendiendo mucho entre los directivos de las empresas, quienes están invirtiendo en proyectos de transformación digital y estas prácticas, al fin y al cabo, generan una cultura «permeable», que se está transmitiendo al resto de las organizaciones y que nos acostumbra a una nueva manera de trabajar.
La colaboración más allá de la propia empresa
Es habitual que empresas afines colaboren para ser más productivas, de forma que el resultado es mejor que trabajar de manera aislada, esto sucede con frecuencia en el sector de la tecnología y la informática donde trabajamos con distintos fabricantes por intereses comunes de negocio.
Ahora bien, desde hace poco tiempo, estoy observando que las colaboraciones entre empresas de diferentes sectores profesionales son cada vez más comunes, por ejemplo, acuerdos entre agencias de viajes y empresas de tecnología, entre aseguradoras y empresas de manufacturing, entre start-up y empresas consolidadas, etc. Aunque sean líneas de negocio totalmente distintas, que nada tienen que ver unas con otras, buscan una cercanía que les permite sumar, rentabilizar y maximizar esfuerzos.
El trabajo y las herramientas colaborativas están dando resultados muy positivos entre empresas que a priori nada tienen que ver y aquí se encuentra el gran reto: acercarnos a empresas de otros sectores, de manera proactiva, para valorar, hacer pruebas y experimentar los resultados de trabajar conjuntamente.
Lógicamente, esta nueva manera de trabajar también necesita nueva legislación, normas y hábitos de funcionamiento que debemos tener claros y con los que debemos ser flexibles.
Asimismo, tenemos que estar preparados para mirar más allá de de nuestros servicios y productos porque esta nueva manera de trabajar, este trabajo colaborativo, es algo con lo que ya han nacido las nuevas generaciones, los millennials y «nativos digitales», más sociales y participativos y siempre «conectados».
Seguramente ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera vez nos saldrá bien, ya que tienen que darse actualmente muchas sinergias para que el trabajo colaborativo funcione, pero creo que es algo que en un futuro próximo tendremos asumido y aprendido y donde las limitaciones físicas de las empresas se diluirán: la idea de «mi empresa está en esta dirección» desaparecerá para estar en muchos lugares, al final las empresas se definen por los trabajadores que la forman y la filosofía que practican.
Si quieres ampliar información sobre herramientas colaborativas, puedes descargarte en este enlace el material de Seminario online: Productividad personal y metodología GTD con Office 365.
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